Estos animales alcanzan una longitud de caparazón de hasta 2,5 metros y un peso de casi 700 kilogramos. El récord lo tiene una tortuga laúd, con una longitud de caparazón de 256 centímetros y un increíble peso de 916 kilogramos, que apareció en la playa de Hartech, en Gales, en 1988. Sin embargo, poco después de la eclosión, sólo llegan a medir unos cuantos centímetros.